Las albóndigas caseras son uno de los platos tradicionales de la gastronomía española, en cada casa las hacen de una forma diferente. Aquí os dejo la mía
Todos las hemos comido, y a todos nos gustan las de nuestra casa, pero a todos nos llega el día en el que tienes que cocinartelas tú y empiezas a crear una nueva versión, tu propia versión de las albóndigas caseras.
Es un plato fácil, barato y que aguanta varios días en la nevera sin problemas. Además es perfecta para llevar a la oficina o a un picnic.
Ingredientes de las albóndigas caseras:
- 1/4 de cebolla
- 1 huevo
- 500g de carne de ternera (o mezcla de ternera y cerdo)
- 50g de harina
- 40g de pan rallado
- 1 vaso de vino blanco (mejor si es fino)
- 1 vaso de agua
- Aceite de oliva
- Perejil picado al gusto
- Ajo en polvo al gusto
Opcionalmente:
- Especias (comino, tomillo, romero)
- Una cucharada de salsa de tomate
Preparación de las albóndigas caseras:
Para comenzar mezclaremos la carne picada con una pizca de sal y el huevo, hasta que el huevo desaparzca por completo.
En este momento podemos echarle el ajo en polvo en caso de que nos apetezca.
Picamos la cebolla en trocitos finos ya que irá dentro de la masa de nuestras albóndigas caseras.
Pochamos la cebolla para que pierda el sabor a crudo y sea más flexible.
Incorporamos la cebolla pochada y el pan rallado a la mezcla de carne con el huevo y lo mezclamos bien.
Obtendremos una gran bola de carne. ¡OJO! No debemos mezclar demasiado porque correremos el rieso de que cambie la textura a un “puré” de carne, que no nos interesa. Bastará con mezclarla hasta que la cebolla esté bien repartida.
Ponemos la harina en un plato y vamos cogiendo pequeñas porciones de carne, con las manos mojadas para que no se nos pegue a la piel. Le daremos forma de bola a cada porción y la pasaremos por harina. Lo ideal es usar una cuchara de helados y coger porciones del mismo tamaño, de esa forma se cocinarán todas las albóndigas por igual.
Una vez las tenemos todas enharinadas las pasamos por la cacerola con aceite de oliva caliente para sellarlas. De esta forma le daremos una capa protectora a las albóndigas y además aromatizaremos la salsa, ya que la haremos sobre el aceite que usemos.
Una vez selladas las albóndigas caseras las reservaremos para utilizar luego.
En el aceite aromatizado echaremos la harina y comenzaremos a remover. Necesitamos tostarla para que las albóndigas caseras no nos sepan a harina. Como resultado obtendremos una pasta de color beige que se llama Roux.
Vamos añadiendo el vino blanco y el agua poco a poco y removiendo sin parar para evitar que aparezcan grumos.
La salsa estará terminada cuando adquiera una consistencia de bechamel ligera.
Una vez terminada espolvoreamos con perejil y si queremos podemos añadir otras especias. En nuestra casa solemos usar comino.
Opcionalmente se le puede añadir un poco de salsa de tomate que le dará un poco de sabor y un color delicioso.
Entonces añadiremos las albóndigas que habíamos reservado y subiremos el fuego hasta que hierva fuerte.
Cuando consigamos que hierva la salsa bajaremos el fuego al mínimo para que se vayan cocinando las albóndigas poco a poco.
Lo mejor es taparlas para que se cocinen más uniformemente. Tras 20 minutos estarán listas. Echadle un ojo de vez en cuando para asegurarnos de que la salsa no se seca. Si se secara añadimos un poco de agua.
Y listo, aquí tenéis el resultado final de las albóndigas caseras estilo disfruta comiendo.
Estas albóndigas son un segundo plato genial, pero también se pueden servir a modo tapa o aperitivo.
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