Debido a que estos croissants son tan pequeños, es preferible hacerlos de masa brisa o quebrada, de forma que sean un bocado crujiente. El hojaldre es mejor para realizar los croissant grandes, en los que se puede apreciar mejor su esponjosidad y su finura.

En este caso, hemos realizado una versión muy cómoda de los mini croissants, con el propósito de llevarlos a la oficina, y el resultado fue inmejorable.

Realizamos dos versiones diferentes, aunque como siempre decimos, lo importante es experimentar, cuando los hagáis, que os aseguro que acabaréis haciéndolos, inventad e imaginad todo lo que podáis, y dadnos vuestras versiones en la zona de comentarios.

En este caso haremos dos versiones muy sencillas. Mini croissants de mantequilla y mini croissants bañados en azúcar.

Ingredientes de los Mini Croissants:

• 1 masa brisa refrigerada
• 1 clara de huevo
• Azúcar al gusto
• Agua
• Mantequilla

Proceso de preparación de los Mini Croissants:

Para preparar el baño de azúcar, necesitamos poner a calentar en un cazo la misma cantidad de agua que de azúcar, para crear un almíbar con el que bañarlos. Lo mejor es espesarlo más de lo normal, de forma que no sea completamente líquido.

Para preparar los mini croissants, necesitamos partir la masa brisa en triángulos isósceles, es decir, con la base bastante más pequeña que la altura, esto nos ayudará a que podamos darle más vueltas a la masa, y de esa manera, queden mejor.

Una vez se tiene cortada la masa en triángulos (lo mejor es córtala primero por la mitad formando dos rectángulos, y posteriormente dividir las mitades en triángulos), se untan en la parte más ancha, es decir en la base, con un poco de mantequilla. Se empiezan a enrollar desde la base hasta la punta sobre sí mismos, y al final, se doblan los bordes hacia dentro dándoles forma de media luna (croissant en francés significa creciente, y es el nombre que se le da a esa fase de la luna). Si la base del triángulo es demasiado estrecha, no se podrán doblar los bordes para formar una media luna, y quedarán rectos.

Una vez formados, se disponen en una bandeja de horno dejando suficiente separación entre ellos, ya que en el horno crecerán. Se bate la yema de huevo y se bañan para que se doren en el horno.

Con el horno precalentado a 180ºC se introducen durante 10 minutos (en caso de hacerlos con la masa de hojaldre serán 6-7 minutos como mucho) y se sacan, se bañan con el almíbar espeso que habíamos creado y se vuelven a meter en el horno otros 5-7 minutos más hasta que queden totalmente dorados.

Una vez sacados, se extienden a ser posible sobre una rejilla para que se enfríen homogéneamente y en caso de que seáis muy golosos, se pueden bañar con un poco más de almíbar para que brillen.

Aquí encontraréis unas fotos con todos los pasos y el resultado final.

 

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